Pero en toda esta gama hay actitudes positivas que pueden ayudarnos mucho si sabemos potenciarlas. Era el caso del Estudio Babié, en Almagro, (Ciudad Real), cuyo gerente, Juan García, nos hacía llegar este mensaje creado por un buen amigo suyo:
"Propongámonos comprar todos nuestros regalos de Navidad a través de personas que tienen su propio negocio: el artesano que hace adornos, el músico que vende su CD, cenar en el restaurante de un amigo, tu amiga que hace pinturas, el amigo fotógrafo, la amiga que hace bolsas... en fin. Hágamos que nuestro dinero llegue a personas comunes y no a grandes multinacionales y así, más personas tendrán una Feliz Navidad.
APOYEMOS A LOS QUE TIENEN SU PROPIO NEGOCIO, ARTE Y CREATIVIDAD!"
Imaginemos por un momento que nos olvidamos de toda la parafernalia multicolor con que las grandes multinacionales nos disfrazan la Navidad. ¿Qué regalo puede ser mejor que aquél que alguien ha realizado en su taller, en su estudio, con toda su pasión y su esfuerzo? Son los verdaderos regalos. Lo demás no son más que excrecencias no deseadas, transacciones comerciales extrañas de las que nadie aprovechará nada, salvo las grandes corporaciones. Productos perfectamente envueltos de industrias también perfectamente envueltas pero, ojo, por muy regalados que sean terminaremos pagándolos.
